EL LEÓN DE AMERICA RUGIÓ EN BELO HORIZONTE

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Hace pocos días atrás nos deleitábamos con la hazaña de Gimnasia. Hoy, es tiempo de cruzarse de vereda y felicitar a Estudiantes de La Plata, que tocó el cielo americano con las manos por cuarta vez en su historia. El Pincha venció como visitante 2 a 1 al Cruzeiro brasileño, y se quedó con la tan ansiada Copa Libertadores. Mística, buen juego y corazón. Estudiantes, es orgullo argentino.


39 años tuvieron que pasar para que el León vuelva a subirse al máximo escalafón del continente. Tras el tricampeonato a fines de la década del ’60, la Copa Libertadores se hizo desear para los Pincharratas. Con Osvaldo Zubeldía como técnico, y entre otros con Aguirre Suárez, Cacho Malbernat, Carlos Salvador Bilardo, el Flaco Poletti y Juan Ramón Verón (la Bruja) dentro de la cancha, éste equipo había escrito gran parte de la rica historia de Estudiantes. El miércoles por la noche, Alejandro Sabella junto con Juan Sebastián Verón (la Brujita), Mauro Boselli, Mariano Andújar, Gastón Fernández y demás, escribieron una nueva página dorada para la institución de 1 y 57. Porque Estudiantes más que León fue Torazo en rodeo ajeno y gritó campeón de América. Derrotó al duro Cruzeiro en el mítico Mineirao por 2 a 1 para delirio de media ciudad de La Plata.


Desde el vamos, la parada se planteaba complicada. Tras el 0-0 de la ida, se preveía que el estadio Azulao iba a ser una verdadera caldera y el Pincha se tenía que sobreponer a todas las adversidades propias de definir una final de Copa en condición de huésped. Y lo hizo nomás.
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En la etapa inicial, fiel a su estilo y a su desempeño durante el transcurso de la competencia, los platenses se pararon bien atrás (recordemos que sólo recibió dos goles en el trayecto de octavos de final a la serie decisiva, con los dos partidos frente a Cruzeiro inclusive). La incorporación de Rolando Schiavi resultó ser una solución para el equipo, acoplándose a la perfección a la zaga central junto al Chavo Desabato. La defensa de Estudiantes, más allá de algún intento aislado de Wellington ó Kléber no pasó sobresaltos, y con la soberbia actuación de Verón sumado a los peligrosos contra-ataques comandados por un incisivo Gastón Fernández, podrían haber terminado en el primer grito de la noche. Finalmente eso no ocurrió y en el descanso el resultado indicaba paridad absoluta y sin goles. 0-0.


El comienzo de la segunda mitad mostró nuevamente a Estudiantes comandando las acciones, haciéndose dueño de la pelota y descansado en el talento de la Brujita Verón. A pesar del dominio territorial y de posesión, rápidamente a los seis minutos un tiro aislado desde afuera del área de Henrique que posteriormente se desvió en Desabato, marcó la apertura en el marcador para Cruzeiro. Todo parecía perdido porque sabemos que los brasileños cuando pasan al frente se agrandan, pero Estudiantes no le hizo caso a la lógica. Los de Sabella siguieron igual, con esa mentalidad ganadora tan característica, la de nunca sentirse menos que nadie. Y mal no les fue. Porque seis minutos más tarde, Juan Sebastián Verón abrió hacia la derecha para la subida de Cellay, éste llego al fondo y tiro un centro por bajo que capturó la Gata Fernández para estampar la igualdad parcial. 1-1 y todo nuevamente volvía a estar como al principio.
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Pero la cosa no quedó ahí. El León tenía un cartucho más para gastar y no lo iba a desaprovechar. Porque en ése mismo, estaba la gloria. Y que mejor que el goleador para hacerse cargo de la situación. Minuto 27, córner para Estudiantes, centro punzante de la Brujita que encontró la cabeza de Mauro Boselli. El ex delantero de Boca ganó en la azotea, sacó un cabezazo a quemarropa, marcó su octavo gol en el torneo y a su vez, convirtió el tanto más importante de su carrera. El de la consagración. Estudiantes dio una muestra de personalidad, de carácter para ganar finales. Fue victoria 2 a 1 y a festejar.


Por el juego de Verón, por la garra del Chapu Braña, por los goles de Boselli, por las manos mágicas de Andújar y mucho más, el Pincha es un justo campeón. Ni Libertad, ni Defensor, ni Nacional, ni Cruzeiro pudieron detener la marcha del León hacia una nueva hazaña continental. Ésa marcha que se extenderá hasta el mes de Diciembre cuando Estudiantes parta hacia Abu Dhabi, capital de los Emiratos Árabes, para disputar el Mundial de Clubes de la FIFA. Allí irá por el título de mejor equipo del mundo, y por seguir cosechando más gloria. Porque un gran equipo, merece esto y mucho más. El León rugió más que nunca en Belo Horizonte y es el dueño de América. ¡Salud Campeón!


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