PEPE SÁNCHEZ: "Es raro que una persona no sea en la vida como en la cancha"

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Uno de los máximos artífices de la última “Generación Dorada” del básquetbol argentino, Juan Ignacio Sánchez, en una charla bien profunda sobre como se entrelazan el deporte y la vida misma. Como asimilar las victorias, y los fracasos. Las amistades, y los talentos deportivos. Sus años en los Estados Unidos y en Europa. La de Pepe, sin dudas, es una experiencia de vida enriquecedora en todo sentido.
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Juan Ignacio Sánchez, más conocido simplemente como “Pepe”, es uno de los mejores basquetbolistas argentinos de los últimos 25 años. Con él en la base, el seleccionado nacional obtuvo el mayor galardón de todos los tiempos al ganar la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Pero sus virtudes no sólo están vinculadas al deporte de los cestos. Sánchez es un triunfador en la vida. Con tan sólo 19 años, dejó su país para viajar hacia EEUU para iniciar sus estudios en Historia y Filosofía en la Universidad de Temple, al mismo tiempo que jugaba en el equipo de dicha institución. Con esfuerzo y sabiduría, Pepe logró ser el primer argentino en jugar en la NBA al ser contratado por los Philadelphia Sixers a fines del año 2000. Base pensante, gran asistidor y de mucha personalidad, de esos que no abundan en los tiempos que corren. Solidario con el equipo en defensa, siendo uno de los mejores reboteros cuando la situación del partido lo requiere. Con la misma simpleza que caracteriza al juego que Sánchez despliega en la cancha, es cómo el vive la vida. Sin dramatizar.
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Con la humildad y el temple que lo caracteriza, Juan Ignacio Pepe Sánchez dispuso a comenzar la conferencia llevada a cabo en el Aula Magna (propiedad de la UNS) el 11 de junio pasado, en la que se trataron diferentes asuntos propios de la cotidianidad, aunque la temática principal de la charla se basó entorno a dos conceptos: el DEPORTE y la VIDA. Y para hablar de estas dos temáticas, Pepe es todo un experto, debido a que sabe como asimilar, como actuar, y como reflexionar, ante estas facetas importantísimas de la existencia de todo ser humano. Porque no todos saben como vivir, y no todos conocen el verdadero sentido del deporte, que va más allá de un simple triunfo. En el mundo “exitista” en el que vivimos, el juego y el deporte, no son una excepción, sino que sólo predomina la frase “GANAR O GANAR”, como en tantas otras situaciones de la vida. Por eso, una persona que desdramatiza a aquello que es necesario quitarle presión, es para valorar.
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¿Tienen algo que ver la personalidad de una persona con la manera que juega?
- “Sin dudas. Uno juega como vive. Es raro que alguien no sea en la vida como en la cancha. Si una persona es egoísta en el campo de juego, seguramente lo será afuera y viceversa. También están los jugadores generosos y demás”.
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¿Y en tu caso?
- “Es muy importante el grupo. Quién está al lado mío tiene que sentirse bien, para que así se potencie. Quizás hay veces que uno tiene que ser egoísta, porque la vida lo requiere y el equipo también. Pude haber sido más egoísta, aunque no me arrepiento de nada. Mi función fue siempre jugar en equipo, y hacer jugar al equipo”.
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Volviendo a uno de los temas principales mencionados anteriormente, a Sánchez lo caracteriza el sólo hecho de cumplir objetivos, y no ser el mejor. Valora algo que en los días que corren no es muy tenido en cuenta. “Hay que intentar ganar” dice, “pero lo más importante es el camino para llegar a la victoria”.

Justificar a ambos lados¿Existen ganadores y perdedores en el deporte?
- “No creo en eso. Yo pienso que hay que tener actitud para ganar, eso es lo más importante. Es mucho más ganador un equipo que construye con poco y que llega al máximo de su potencial. Ser tildado de ganador o de perdedor para mí es totalmente injusto”.
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Para no perder el sentido del mensaje que intenta dar el base bahiense, Sánchez desarrolla aún más esta temática fijando claramente su posición, y siendo más profundo en sus palabras (quizás tan profundo como sus pases a la zona pintada que son puñales para la defensa rival). “Las victorias son más difíciles de asimilar. El objetivo por el que tanto luchaste, lo tenés en tus manos y te sentís vacío. Por eso creo que siempre se aprende más de la derrota debido a que sentís la necesidad de superarte, te da energía para cumplir con el objetivo planteado”.
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¿Pero no sentís la necesidad de ganar?
- “Sí más vale. Tengo un apetito deportivo muy grande, adentro de la cancha le quiero ganar a cualquiera; aunque lo que más valor tiene es el camino. El básquet se basa más en la superación que en el deseo. Y mi deseo justamente es tener un objetivo fijo, dar el mayor de mis esfuerzos para obtenerlo, y sentirme respetado. Con el tiempo, aprendes cosas que superan al hecho de solo ganar”.
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¿Y que sentimiento te provocó la no-renovación de contrato por parte del Barcelona sabiendo que le rendiste dentro de la cancha y luego no obtuviste el reconocimiento que esperabas? ¿Ahí sentiste que perdiste?
- “En un principio me generó desilusión por supuesto. Aunque después lo tomé como un hecho más en mi carrera. Yo di todo por esa camiseta y no me guardé nada. Por suerte apareció una institución tan importante como el Barça, como lo es el Real Madrid. Se puede decir que seguramente lo sufrió mucho más mi familia que yo, ya que estábamos muy cómodos en la ciudad. Aunque por mi parte, si me hubiera pasado a los 20 años, seguramente sería un golpe duro en mi carrera. Ahora, a los 31, con la experiencia acumulada, no es tan dramático. Son cosas que pasan.”
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De más está decir que su experiencia de vida en los Estados Unidos es digna de ser escuchada. A los 19 años armó las valijas y partió hacia ese nuevo mundo, buscando gloria deportiva, pero también una carrera universitaria que le asegure un futuro.
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¿Cuáles son los valores positivos y negativos de la cultura norteamericana?
- “Con respecto a lo negativo volvemos a lo de antes. Se compra lo individual, no lo colectivo. Los que venden más camisetas no son los que finalmente ganan. Los Spurs deben ser los que menos merchandising venden, y sin embargo son a los que mejor les va. En EEUU importa el jugador, no el equipo. Primero vos, después el equipo. O sos ganador, o sos perdedor. Sino, no entras en el sistema. De hecho yo no entré”.

¿Y en cuanto a lo que se puede valorar y destacar?
- “Lo estructural es fantástico y que no todo es consumo como se dice habitualmente. Te dan todo, no te dejan justificarte. Y que no te falte nada, te genera más facilidad para destacarte en lo que hacés, por eso no tenés excusas. No todo es negativo, que quede claro. Hay un antes y un después de mi estadía en Temple. Fue muy bueno para mi, a nivel jugador y persona”.

A Pepe Sánchez, además de lo demostrado adentro de un estadio de básquetbol, lo que lo llevó a ser reconocido sin límite de distancias, fue su manera muy particular de ver todo lo cotidiano. Y a pesar de no estar mucho en el país, tiene una opinión fija a cerca de los clubes y la juventud actual: “Es más difícil vivir en los clubes como lo hacíamos nosotros. Los chicos de ahora tienen muchas más actividades. Hay que vaciarlos a los jóvenes, no abrumarlos. Los clubes al igual que el colegio socializan, hacen un trabajo social muy importante, y eso es algo que no se puede perder de ninguna manera. Cuanto más diversificas, se obtiene menos consistencia, y los chicos no se pueden destacar en una actividad en particular porque no le pueden dedicar el tiempo que se necesita para perfeccionarse. El club no tiene la culpa de eso, sino el entorno. Por eso hay que mezclar lo pedagógico con lo atlético, juntar el colegio con el club. Para esto, hay que comenzar a buscar los medios, para tener una estructura apta para que los chicos se puedan desenvolver como merecen. También, de más está decir, el Estado debe hacer lo suyo.”
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¿Qué pensás sobre la presión que ejercen los padres sobre los hijos?
- “El padre que le dice al hijo que ‘tiene que ser como...’, no transmite ciertos valores vitales, y le inculca responsabilidades injustas. Así, el chico vivirá presionado y nunca se superará”.
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Por último, y para meternos de lleno en lo estrictamente deportivo, Pepe nos da una reflexión sabia a cerca de que es el talento en un deportista: “El talento es sacrificio, agrandarte en situaciones complicadas. Tener una mentalidad fuerte, capacidad de trabajo y dedicarle tiempo al mismo. Saber asimilar los errores y explotar al máximo las virtudes. Ese es el talento, que tiene que ver además de lo técnico con lo mental. De hecho muchos jugadores más virtuosos que yo quedaron en el camino. Por eso, nunca hay que escuchar al que te dice ‘no podes’, debido a que el instinto de superación es lo más importante que tenemos”.


Cuando hablas de explotar las virtudes propias, lo tuyo son las asistencias...
- “Puede ser. La asistencia es la lectura de una totalidad. Con el tiempo todo se clarifica, se empiezan a ver situaciones, aunque también hay que tener en cuenta que no todos los días estas inspirado. Intento ser visionario. Veo, a través de la intuición, vacíos que no están cubiertos. Es fascinante ver situaciones tan claras y tan precisas. El espacio vacío es una posibilidad, y hay que intentar llenarlo. La asistencia es un arte más que una producción. También me siento bien defendiendo, creo que en ese rubro le soy importante al equipo en muchos sentidos”.
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¿Qué le hubieras sumado a tu juego?
- “Quizás el hecho de ser más productivo, más estadístico. Me dediqué más a lo abstracto, que a cosas que ya están inventadas y que te pueden dar más resultado. La repetición me aburre, por eso fui el que fui.”
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¿Pensás en el retiro? ¿Qué extrañarías al momento de dejar el básquet?
- No extrañaría el vestuario por ejemplo, no soy un fanático como otros. Tampoco los entrenamientos. Si me daría nostalgia aquellas experiencias que no se repiten, aunque el que no asume el retiro, no se retira nunca. Eso tiene mucho que ver con el ego de la persona. Si dejás la actividad, no vivas de los recuerdos. Por eso, la profesión hay que dejarla ir de a poco, y a la vez ir asumiendo cosas de la realidad”.

La decisión de Juan Ignacio Sánchez de dejar de formar parte de la Selección Argentina en vísperas a los compromisos que afrontó el combinado nacional en el presente año (principalmente los Juegos Olímpicos de Beijing), sorprendió a propios y extraños. Aunque el, muy abierto a la hora de responder las preguntas que se le efectuaron, prefirió no hacer mucho hincapié en el tema acotando solo que “fue una decisión muy complicada dejar la selección porque a este equipo lo armamos nosotros, aunque sentí también que para mí era un ciclo cumplido, y que ya había dado todo de mí”.
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El es así, es Pepe. Es quien a través de sus años en el básquet ha demostrado que lo más importante no es la individualidad, sino el trabajo en conjunto; y que la vida es lo mismo que el deporte, uno actúa fuera de la cancha como lo es dentro de ella. El ser uno mismo y defender a rajatabla los valores inculcados desde la infancia, es un ejemplo sano para todos los jóvenes que desean encausar un camino en la vida, que según Sánchez, es lo vital para obtener el éxito. Es quien hizo que la asistencia sea tan valorada y festejada, como cualquier conversión individualista, llevando esa simple situación del juego, a la calle, a la vida en sociedad. Es, sin dudas, quien vive, como juega. Y eso, nadie lo discute.


2 comentarios:

Carlos Fernández Reyes dijo...

simplemente.. muy bueno!!

NOE AVONDET dijo...

nicooo no lo lei todo, pero espero que no sea como su hermano juan que da muchisimo para estudiar y le parece poco jajaja, besotes, nos vemos.
pd: no firmes mi blog no lo uso mas jaja