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Pese a su temprana edad y con pocos minutos en cancha, Steven demostró que es el valor más firme que tuvo y posee el Liverpool en las temporadas más recientes. Nunca le pesó la responsabilidad de llevar la camiseta del club más ganador de Inglaterra, y rápidamente se convirtió en un verdadero símbolo, siendo junto a Owen, los dos jugadores más representativos de la institución en la última década. En marzo de 2003, obtuvo con el equipo de Anfield su segunda Copa de Inglaterra marcando el camino de la victoria, al convertir el primer gol del triunfo 2-0 frente al Manchester City, en Cardiff (Gales). Un jugador, que a lo largo de su carrera, siempre dijo presente en las finales, en los momentos decisivos, otra de las razones por la cual es considerado un prócer en la ciudad que vió nacer a los Beatles.
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Con la llegada del técnico híspano, Rafa Benítez, Steven Gerrard logró aumentar aún más su protagonismo en Liverpool, adueñándose de la cinta de capitán, y siendo el as de espadas de un equipo que siguió consagrándose a nivel internacional. En la temporada 2004/05, Gerrard y compañía lograrían alzarse con el trofeo más importante de su continente, la Copa de Campeones de Europa, también conocida como Champions League. El cotejo definitorio, se llevó a cabo en el Estadio Olímpico de Atatürk, en Estambul (Turquía), y es recordado como una de las mejores finales de la historia del certamen. Al término de los primeros 45 minutos de juego, el Liverpool caía 0-3 a manos del poderosísimo Milan de Italia, aunque en la étapa complementaria con Steven Gerrard como estandarte, siendo un verdadero león en la cancha y convirtiéndo el primer descuento, los Reds alcanzaron la hazaña: igualaron 3-3, y llevaron el partido a los penales. En esa instancia, aparecerían las manos mágicas del polaco Jerzy Dudek para hacer historia, y darle la quinta Copa de Europa a las vitrinas del Liverpool Football Club. Seguramente cualquier fanático de fútbol, recordará ese partido, en el que la garra y el corazón de Gerrard realmente, lograron erizar la piel. En ese año, también el Liverpool se quedó con la FA Cup (el torneo de fútbol más antiguo del mundo) y nuevamente con la Supercopa Europea, al derrotar en esta ocasión al CSKA de Moscú ruso por 3 a 1. Igualmente, en la final del Mundial de Clubes de la FIFA, los Reds no pudieron continuar con la seguidilla de éxitos, debido a que se toparon con el San Pablo brasileño que ganó 1-0, siendo Gerrard congratulado con el "Balón de Plata Adidas", reconocimiento que se le otorga al segundo mejor jugador del torneo.
Con la Selección de su país debutó el 31 de mayo de 2000 en un encuentro disputado en Londres ante Ucrania, en el que Inglaterra se impuso por 2 a 0. Estuvo presente y jugó un partido en la Eurocopa 2000 llevada a cabo en los Países Bajos, en la que disputó el partido del debut ante Alemania. Posteriormente estuvo presente y anotó un gol en la histórica goleada 5-1 ante el seleccionado teutón en Múnich, en un encuentro de la fase de clasificación para el Mundial de Corea-Japón 2002, que desafortunadamente, una lesión lo dejaría al margen del certamen. Nuevamente diría presente en la Eurocopa de Naciones de Portugal 2004, en la que formó parte de un mediocampo de ensueño junto a David Beckham, Frank Lampard y Paul Scholes. Un torneo en el que Inglaterra hizo un buen papel y que tuvo en Wayne Rooney a su gran referencia de ataque, una referencia que cuando la perdió por lesión, fue eliminada del torneo. En 2006 sería el turno de la Copa del Mundo de Alemania, en donde los ingleses llegarían a cuartos de final siendo eliminados por Portugal. En este torneo, Gerrard anotó dos goles, a Trinidad y Tobago, y a Suecia respectivamente, los dos en la Primera Fase.
Sin dudas la de este señor, es una carrera que siempre fue en ascenso, y por su calidad desplegada en el campo de juego, merecía una mención. Un futbolista que se sacrifica al máximo por su equipo, que deja la vida en la cancha, y que juega realmente bien al fútbol. A algunos los deleita verlo jugar, y ese es mi caso. Nose si sabré mucho, algo, poco o nada de este deporte, pero que Gerrard es un volante fantástico, eso lo sabe todo el mundo. El jugador de la pegada colosal, el que hizo delirar a sus fanáticos hasta la afonía. El que aparece en las difíciles, el que se mata en cada partido. El que siente la camiseta de su club como ninguno, el gran capitán. Una leyenda del fútbol. Ese es Steven Gerrard. Un grande, "El Hechizero de Anfield Road".
1 comentario:
aunque te cagues a trompadas en un bar y te manden preso...te banco igual Steven..posta
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